3 ideas que nos hacen vivir un infierno (aunque seamos mormones)

Ya saben que nos gusta derribar "mitos", "leyendas urbanas" y "doctrina de pasillo". Nosotros los mormones somos super aficionados a todo eso, y nos encanta creerlo todo sin filtrarlo siquiera por la luz y la guía que nos da el Señor a través de las Escrituras, los dones del Espíritu y, a veces, ni siquiera mediante el simple y llano raciocinio.



Hay algunas ideas que los miembros de la iglesia tenemos sobre cómo debemos vivir, que si no tenemos cuidado, nos pueden hacer la vida de cuadritos.

No hablaremos de cosas que rayan en lo ridículo como la idea de que estamos obligados a tener 8 hijos como mínimo. Quizás un día hablemos de eso, pero sí de estereotipos que nos esmeramos en llenar.

Así como las mujeres del mundo se sienten obligadas a ser delgadas y bellas 24/7, así hay cosas que como SUD creemos que estamos obligados a ser y hacer, pero son ideas que nos pueden llevar a vivir un infierno en vida... y a nuestros seres cercanos.

1. Nuestra vida debe ser perfecta en todos los aspectos

Ya sé: Mateo 5:48 dice "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre en los cielos es perfecto". Pero esa idea de perfección necesita ser aclarada. Si creemos que perfecto es el que ya no tienen nada que mejorar o que la perfección es haber logrado el máximo éxito financiero unido a una familia cuya esposa es amorosa, delgada, abnegada, bonita, inteligente, y a hijos altos, académicamente exitosos, económicamente emancipados, y llamamientos de obispados y presidencias, y que si no lo hemos logrado estamos fracasados, necesitamos la ayuda del Señor para cambiar nuestra mentalidad.
La palabra perfección no significa "sin error" o "sin mancha", sino que significa "pleno", "lleno", "completo".
El élder Russell M. Nelson dijo que está bien que no estemos totalmente plenos ni libres del pecado por ahora ("Perfection Pending", Ensign, Nov. 1995, p. 86). La perfección en esta vida es un proceso, no una posición personal ni social.
Estar obsesionado con la perfección puede generar sentimientos fuertes de desánimo y fracaso. Sin embargo, sentir que no somos todopoderosos y que no podemos solos puede ayudarnos a reconocer lo que el Señor hace en nuestro favor, así haremos lo que él nos pide, incluso ser pacientes con nosotros mismos. No habrá perfección, sino a través de Cristo.



2. Pedir ayuda emocional y profesional (psicólogos) significa que somos débiles o inicuos

Ya hemos hablado de esto en este otro artículo. Los psicólogos se sorprenden de la abrumadora cantidad de culpas que sus pacientes SUD cargan por el solo hecho de pedir ayuda profesional. Sienten que se han roto por ser espiritualmente débiles o que han actuado mal y el Señor los abandona así.
Nada es más equivocado. El apoyo psicológico es una forma metódica y responsable de cumplir con la admonición de "llorar con los que lloran", y "llevar las cargas los unos de los otros para que sean ligeras".
Cuando los maestros orientadores y las maestras visitantes nos preguntan sobre nuestras circunstancias emocionales, también están cumpliendo esos mandamientos de ayudarnos los unos a los otros. Cuando el Salvador entró al Getsemaní, les pidió a Pedro, Santiago y Juan que oraran por él porque su corazón estaría sufriendo mucho.



3. Si estoy padeciendo dolor o adversidad, debe ser por algún pecado que cometí

Todos sufrimos aflicciones y pruebas, pero algunos se reprochan a sí mismos haber causado siempre su adversidad. Muchos SUD andan por la vida padeciendo dolores, pena, sufrimiento y tribulaciones de muchos tipos con una especie rara de "paciencia" que consiste en decir "me lo aguanto, porque yo soy el culpable de que estos males me ocurran".

Puede ser que algunas dificultades se originen en nuestros actos, pero no es así con todo lo malo que nos pasa. En las escrituras hay cientos de relatos de personas que sufrieron terribles penurias sin tener ni un gramo de culpa. Por ejemplo, el Profeta José Smith, que cumplió a cabalidad su misión desde su primer llamado, tuvo que enterrar a seis hijos suyos. En Juan 9 se nos relata sobre un ciego de nacimiento sobre el cual los discípulos preguntan "¿Quién pecó para que éste naciera ciego?", y Jesús les aclara que no es así como funciona: "No es que hayan pecado, sino que su adversidad está ahí para que pueda ser aplicado el poder de Dios", explica el Señor (en nuestras palabras).



Es hora de que dejes de culparte, de exigirte lo imposible y de sentir que todos son perfectos y tù estás en el hoyo. Cuando el Señor dijo "Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" (Juan 8:22), también se refería a descubrir las pequeñas pero muy peligrosas mentiras que Satanás quiere que creamos para que nos desanimemos, nos enojemos con nosotros mismos y contendamos con nuestros hermanos.


Twitter
@mormon_mx

0 comentarios:

Publicar un comentario

¿Y tú qué piensas?
Comenta con sinceridad, libertad, respeto y responsabilidad.